Je suis Paris

El mundo entero se viste de tus colores, se une a tu dolor, ese dolor tan profundo y desesperante que ralla la locura. No hay un bálsamo para curar la angustia y desesperación que un acto tan ruin puede causar. El miedo está en el aire, se quiere instalar en los corazones afligidos, es con eso con lo que intentan jugar seres que no merecen ser llamados personas. Miles, millones de lágrimas han sido derramas y miles más se derramaran, me uno a ellos y sumo mi dolor.

Un acto  vil e inhumano cometido por humanos, el narcisismo de nuestra especie es tan grandes que cometemos  barbaridades creyendo que es lo correcto. Quitar vidas inocentes, producir dolor a sus familiares, sembrar el pánico y la desesperación, torturar y disfrutar con ello en nombre de Dios… Cuan irónico resulta. Y no podemos mostrarnos intolerantes, por el dolor, porque la venganza y el odio solo producen más de esto, porque la culpa, ciertamente es de las personas y no de la religión. Pero que otra solución hay si para alcanzar la paz hay que cruzar por la guerra.

Fallen. 

Mirame

Mirame, estoy aquí a tu lado
¿Me notas? ¿O soy una sombra en el olvido?
Mirame, no me iré
¿Me sientes? ¿O soy el viento inexistente?
Mírame, que a donde sea que vayas iré
¿Me oyes? ¿O soy rumor lejano de una calle?
Mírame, aceptame, que soy aquella presencia que intuyes y no puedes ver, pero aún así te pido que mires, cuán irónico es.
Mírame o no lo hagas pero no te creas un alma solitaria. Porque estoy yo y estaré incluso cuando tu no estés.

Fallen, espero que os guste. :)

En un rincón

 

En un rincón.

En un rincón de mi habitación, ese que creamos los dos, el fantasma de tu recuerdo se ha instalado, junto a todo lo demás que ahí está. Busco valor para rehacer ese rincón, pero no lo hallo en ningún lado. Las noches en vela son ahora parte de mí, pues no puedo evitar ponerme a charlar con tu recuerdo, al amparo de la noche y lejos de miradas extrañas. Pues nadie entiende lo que se siente al tener ese rincón, que creamos los dos, pero no tenerte a ti. Los fragmentos de lo que fue, todo ello está ahí, esperando por mí, pero no entienden que esa línea invisible que tracé es la única que impide que me instale ahí, en ese rincón… tan tuyo, tan mío, tan nuestro.

Ese rincón en el que pasamos largos días de verano, y las cortas noches del invierno. Ese rincón con aquel dibujo de tu sonrisa que me recuerda que ya no te tengo. Con aquella entrada de cine y aquellos patines nuevos. Con las mantas que estoy segura que tu fragancia guarda y todas esas fotografías junto a tu vieja cámara. Con esa hoja extraña que encontramos en aquel paseo, con todas esas cosas está el fantasma de tu recuerdo.

Y permíteme tenerlos ahí, con esa línea  que tracé, que en las noches es difusa pero no se borra, déjame tenerlos lejos aunque sea un insulto a tu memoria, oh amor, dulce trágico y amargo amor, permíteme tenerlos lejos, en ese rincón que creamos los dos. 

Fallen, espero que os guste.